El pasado domingo tuve el placer de encontrarme con una excursión organizada por la Cofradía de la Entrada Triunfal de Villacarrillo, en mi querida Córdoba. Reencuentro con amigos, con los que he compartido ensayos y tertulias, en los que hemos "arreglado" la Semana Santa del pueblo, para variar. En su paseo por esta ciudad milenaria pudieron disfrutar de sus calles, sus barrios, y por supuesto sus cofradías.
Primera parada en las Angustias de Córdoba, última obra cumbre del genio e insigne imaginero cordobés Juan de Mesa y Velasco (1627) tras su reciente traslado a su sede originaria, la iglesia de San Agustín, recién restaurada.
Prosiguieron el camino hacia el convento Trinitario, para ver al Rescatado (realizada por Fernando Díaz de Pacheco en 1713), Señor de Córdoba, imponente en su camarín, y al Stmo. Cristo de Gracía, imagen traída de México a finales del S. XVI o principios del XVII, y de gran devoción popular.
Tras ello se dirigieron por la calle María Auxiliadora hacia el templo fernandino de San Lorenzo, previa parada en el Colegio Salesiano para rezarle al Señor del Prendimiento (mi hermandad), obra de Antonio Dubé de Luque de 1990 y Nuestra Señora de la Piedad, de Martínez Cerrillo (1958).
Tras la llegada a San Lorenzo, visita obligatoria para ver los titulares de las 3 hermandades radicadas canónicamente en este Templo gótico del S. XIII: la hermandad del Calvario, con su Nazareno datado en 1723 y realizada por el trinitario descalzo Fran Juan de la Concepción. La hermandad de Ánimas, con su Titular el Stmo. Cristo del Remedio de Ánimas (S. XVII), que corta el aliento con su sola presencia cada Lunes Santo, y Madre de Dios en sus Tristezas (S. XVII), en su templete barroco. Y cómo no, la Hermandad de la Borriquita, con su titular cristífero obra de Martínez Cerrillo (1963).
Tras este pequeño maratón, comprobamos que el domingo era un día de gran actividad cofrade, en lo que se refiere a ensayos de costaleros, pudiendo presenciar ensayos de hasta 3 cofradías en el entorno del barrio de San Lorenzo. Los aficionados al costal pudieron degustar el ensayo de los pasos de los Gitanos, de la Borriquita y el Calvario, aprendiendo y disfrutando del buen hacer de estas cuadrillas cordobesas.
A lo largo del día tenían visitas concertadas con las hermandades de la Cena y Pasión, pudiendo acceder a sus casas de hermandad y observando el rico patrimonio que van atesorando estas jóvenes cofradías a base de arduo esfuerzo, dedicación y entrega de sus hermanos.
Nos despedimos deseándonos mucha suerte para la próxima Semana Santa, y que en lo climatológico respete a la salida de nuestras hermandades.